Testimonios

Luis, un campesino de la Sierra Gorda de Querétaro, se regresa a su tierra porque no le cumplieron el pago de 800 pesos semanales “pa´ aguantar” con López Obrador
Por: Alejandro Velázquez Cervantes
Domingo 13 de Agosto de 2006 Hora de publicación: 00:45
El hambre empieza a consumir el fervor de Luis, un campesino de la sierra Gorda de Querétaro que, como muchos otros, vive desde hace 9 días en el campamento en el Zócalo, y quien acepta que miembros del Comité Municipal le prometieron pagarle 800 pesos a la semana si “me animaba a venir al Zócalo pa´ aguantar con López Obrador… pero fíjese que no me han dado un peso ni pa´ enviarle a mi familia y por eso mejor ya nos regresamos”.
Luis desayuna un pedazo de muslo de pollo a medio cocer que rescata entre las brazas de un improvisado fogón, un plato con sopa de fideo y un vaso con café negro. Su mirada es triste. En ocasiones la pierde sobre una foto de su familia. “Mire, estos son mis hijos: Pedro, de 8 años; Pablo de 6; y Luisito, de 4”, dice con un dejo de nostalgia… “pero no me han pagado un peso pa mandarles unos centavitos”.
Cuenta que a finales del mes de julio, junto con sus compadre Manuel y otros 9 vecinos de la Sierra de Jalpan, estuvieron en una tienda de campaña improvisada cerca de una oficina del IFE. “Entonces llegó un señor con traje que trabaja en el PRD del municipio. Primero nos llevó comida y a los tres días nos dijo que nos fuéramos al DF para apoyar a López Obrador y que nos pagaría 800 pesos a la semana, pues eso ganaba yo cultivando en una parcela”, confiesa Luis.
—¿Quién los trajo al DF?
—Los miembros del Comité Municipal en varios camiones que alquilaron para traernos acá a la mayor cantidad posible. Vienen de Cadereyta, San Juan del Río, Querétaro, Tequisquiapan, Pinal de Amoles y Jalpan de Serra.
—¿A todos les prometieron pagar?
—Sí a muchos, a la gran mayoría… pero no todos lo dicen porque buscan otras cosas ahora que López Obrador sea reconocido como Presidente de la República…
—¿Qué les ofrecieron a los demás?
—Dicen que un terrenito… pero ellos ya tiene rato trabajando en el partido y pos uno apenas empieza. Yo lo único que quiero en mi dinero y si no pues me regreso a Querétaro… así tenga que pedir limosna.
Asegura que “un diputado” les dijo el martes que no se desanimen y que a finales de mes les dará dinero para que manden a sus familias. “Pero mire como vivimos… hay hartas goteras… estamos sin lugares pa ir al baño… no hay agua, y a cada rato entra el frío entre los pliegues de esta casa vieja”.
Luis, como otros 12 queretanos que en ese momento descansan, come lo que les regalan o lo que provee por la mañana un volkswagen blanco con logotipos del Gobierno del DF: dos sacos de frijoles, tres kilos de arroz y una caja de jitomate. Comen en platos de plástico que reciclan, vasos desechables. Se acuestan en camas que improvisan sobre cartones y cobijas raídas… esos sí, en una esquina cuelga la imagen de la Virgen de Guadalupe iluminada por una veladora.
Ha sido puntual a cada una de los informes que todas las tardes sale López Obrador a dar en el templete. Sabe que “el Tribunal está del lado del PAN” porque lo dice el tabasqueño. Sabe que hay intelectuales “torcidos” y que la única manera de acabar la resistencia civil será si hay recuento voto por voto…” pero está muy duro que eso pueda pasar, no?”.
Reconoce que ya no está para ser “tan patriota” aunque acepta que apoyó a López Obrador previo y después de las elecciones con la idea de que bajara los precios de la luz, gas y gasolinas, principalmente. Pero sufre al saber que su familia no tiene dinero para comer y sintetiza su hartazgo: “Fíjese que no perdemos la ilusión”.
—¿De que pudiera ganar López Obrador la Presidencia?
—¡No, de que nos paguen!
Por: Alejandro Velázquez Cervantes
Domingo 13 de Agosto de 2006 Hora de publicación: 00:45
El hambre empieza a consumir el fervor de Luis, un campesino de la sierra Gorda de Querétaro que, como muchos otros, vive desde hace 9 días en el campamento en el Zócalo, y quien acepta que miembros del Comité Municipal le prometieron pagarle 800 pesos a la semana si “me animaba a venir al Zócalo pa´ aguantar con López Obrador… pero fíjese que no me han dado un peso ni pa´ enviarle a mi familia y por eso mejor ya nos regresamos”.
Luis desayuna un pedazo de muslo de pollo a medio cocer que rescata entre las brazas de un improvisado fogón, un plato con sopa de fideo y un vaso con café negro. Su mirada es triste. En ocasiones la pierde sobre una foto de su familia. “Mire, estos son mis hijos: Pedro, de 8 años; Pablo de 6; y Luisito, de 4”, dice con un dejo de nostalgia… “pero no me han pagado un peso pa mandarles unos centavitos”.
Cuenta que a finales del mes de julio, junto con sus compadre Manuel y otros 9 vecinos de la Sierra de Jalpan, estuvieron en una tienda de campaña improvisada cerca de una oficina del IFE. “Entonces llegó un señor con traje que trabaja en el PRD del municipio. Primero nos llevó comida y a los tres días nos dijo que nos fuéramos al DF para apoyar a López Obrador y que nos pagaría 800 pesos a la semana, pues eso ganaba yo cultivando en una parcela”, confiesa Luis.
—¿Quién los trajo al DF?
—Los miembros del Comité Municipal en varios camiones que alquilaron para traernos acá a la mayor cantidad posible. Vienen de Cadereyta, San Juan del Río, Querétaro, Tequisquiapan, Pinal de Amoles y Jalpan de Serra.
—¿A todos les prometieron pagar?
—Sí a muchos, a la gran mayoría… pero no todos lo dicen porque buscan otras cosas ahora que López Obrador sea reconocido como Presidente de la República…
—¿Qué les ofrecieron a los demás?
—Dicen que un terrenito… pero ellos ya tiene rato trabajando en el partido y pos uno apenas empieza. Yo lo único que quiero en mi dinero y si no pues me regreso a Querétaro… así tenga que pedir limosna.
Asegura que “un diputado” les dijo el martes que no se desanimen y que a finales de mes les dará dinero para que manden a sus familias. “Pero mire como vivimos… hay hartas goteras… estamos sin lugares pa ir al baño… no hay agua, y a cada rato entra el frío entre los pliegues de esta casa vieja”.
Luis, como otros 12 queretanos que en ese momento descansan, come lo que les regalan o lo que provee por la mañana un volkswagen blanco con logotipos del Gobierno del DF: dos sacos de frijoles, tres kilos de arroz y una caja de jitomate. Comen en platos de plástico que reciclan, vasos desechables. Se acuestan en camas que improvisan sobre cartones y cobijas raídas… esos sí, en una esquina cuelga la imagen de la Virgen de Guadalupe iluminada por una veladora.
Ha sido puntual a cada una de los informes que todas las tardes sale López Obrador a dar en el templete. Sabe que “el Tribunal está del lado del PAN” porque lo dice el tabasqueño. Sabe que hay intelectuales “torcidos” y que la única manera de acabar la resistencia civil será si hay recuento voto por voto…” pero está muy duro que eso pueda pasar, no?”.
Reconoce que ya no está para ser “tan patriota” aunque acepta que apoyó a López Obrador previo y después de las elecciones con la idea de que bajara los precios de la luz, gas y gasolinas, principalmente. Pero sufre al saber que su familia no tiene dinero para comer y sintetiza su hartazgo: “Fíjese que no perdemos la ilusión”.
—¿De que pudiera ganar López Obrador la Presidencia?
—¡No, de que nos paguen!
1 Comments:
Tienes que ver este video, queda claro lo que para Obrador es la democracia.
Hilarante
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